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La aportación de la Coordinadora Verde a la construcción de Equo

El primer email en mi bandeja sobre el “Movimiento de Hondarribia” es de mayo de 2008. Se preparaba lo que iba a ser un encuentro de partidos verdes del norte de España, y resultó un punto de inflexión en la política verde estatal. En la localidad vasca de Fuenterrabía se celebró la primera reunión positiva que había tenido el movimiento verde durante varios años. Siguieron seis “encuentros de bases verdes“, originándose la Coordinadora Verde y su marca electoral ECOLO. El 4-J la Coordinadora Verde fue una más de las firmantes del manifiesto “Suma y sigue“: el partido verde estatal relevante que buscábamos había llegado.

Las aportaciones de la Coordinadora Verde

Una de ellas ha sido la Universidad Verde de Verano, que celebrará este año su cuarta edición. Fue un ejemplo de que si los afiliados de base se organizaban, podían sacar adelante propuestas políticas, compartirlas y llevarlas a cabo. A la segunda edición, celebrada en Beire (Navarra), asistieron Juan López de Uralde y Mónica Frassoni, co-presidenta del Partido Verde Europeo, para escenificar la unidad del movimiento verde en torno al proyecto político que hoy es Equo.

Otra aportación relevante han sido los Grupos de Trabajo. Su actividad, dinámicas, y varios de sus coordinadores ya expertos pasaron a Equo. Se integraron en una renovada estructura que construyó colaborativamente el programa electoral de las generales. La última versión del documento explicativo de los grupos es de febrero de 2011 y contiene la filosofía de trabajo de los mismos.

La Coordinadora Verde también ha servido para agrupar a personas y partidos verdes en torno a un proyecto común. Algo más de 300 participaban en los grupos, y en el conjunto del territorio había unas mil personas involucradas. A partir del 4-J toda esa masa crítica pasa a formar parte del proyecto Equo, con diferentes grados de implicación.

Los programas electorales realizados para las generales anteriores y para las últimas municipales por los Grupos de Trabajo forman ya parte del acervo de la ecología política, del que se ha nutrido Equo. Han sido utilizados como documentos de referencia en las convocatorias estatales y autonómicas celebradas. Estos programas ya recogían mejoras y actualizaciones sobre los programas verdes anteriores, y en posteriores convocatorias se seguirán actualizando.

Un último aspecto que la Coordinadora Verde aporta es una cultura de trabajo en red, de la que destaco varios aspectos:

– Dar a cada persona un voto, o como decíamos “aquí cada uno se representa a sí mismo“. Hay personas en Equo que ya tienen ese convencimiento, pero en la Coordinadora Verde llegar a esa idea fue un proceso de aprendizaje y de superación de la caótica situación verde. Las delegaciones de voto y los censos falseados habían conseguido que hubiese personas con tantos votos delegados que tuviesen casi mayoría por sí mismos. Por eso, el movimiento de Hondarribia es “de bases“, sin representaciones. Hoy, gracias al espaldarazo recibido por el 15M, esta idea fundamental se conoce como el principio “1 persona = 1 voto“.

– La construcción paulatina de contenidos a través de wikis, herramientas de mucho potencial político. Sirven para consolidar los resultados de los debates, y han sido incorporados por defecto en la Equomunidad. Hoy más gente que nunca dentro del movimiento verde los sabe utilizar.

– La práctica del consenso como metodología. En lugar de utilizar la votación para acallar a las minorías, otro de los aprendizajes del proceso verde fue tomarse un poco más de tiempo para poder llegar a una postura aceptable para todo el mundo, poniendo por fin en práctica un principio verde tradicional. Una organización que integra las ideas, y que consensúa más que vota, es una organización más estructurada y estable en el medio y largo plazo.

Lo que falta todavía por transferir

Faltan todavía ideas y proyectos por transportar al nuevo espacio político. Entre los lanzados en el entorno de la Coordinadora Verde hay algunos que podrían convertirse fácilmente en proyectos Equo, como por ejemplo:

– La Biblioteca Verde, un espacio para recopilar textos de referencia del ecologismo político.
– La Galaxia Verde, un agregador de blogs relacionados con el movimiento verde. Este podría convertirse en la Galaxia Equo en cuanto los bloggers nos organizáramos.
– Un conjunto de páginas web de los diferentes grupos de trabajo, que responden a la idea de abrir nichos de participación especializada y segmentar las comunidades.

La Red de Concejales Verdes es un proyecto surgido a partir de la recopilación exhaustiva de los resultados de las municipales, buscando por todo el territorio los pueblos donde se han elegido concejales verdes, generalmente sitios pequeños y con un gran problema medioambiental. La Red comparte mociones y ordenanzas hechas en otros lugares, y mantiene en contacto a los concejales. Estos días se celebra el primer encuentro de cargos electos de Equo, que puede ser una herramienta ideal para traspasar la red al espacio Equo.

La propia idea de la lista de correo de Hondarribia, una especie de Asamblea General online, queda todavía por ser transferida. La Equomunidad tiene su Foro General, que en teoría podría ser un sustituto, pero todavía está lejos de ser una herramienta que se use para tomar decisiones.

También falta capital humano. Teóricamente todos aquellos que formamos parte de la Coordinadora Verde también somos parte de Equo a partir del 4-J. En la práctica muchos hemos formalizado nuestra afiliación, otros todavía están a la expectativa de lo que se construya, y otros tienen claro que de momento no se quieren sumar y permanecen al margen.

A partir del 4-J la Coordinadora Verde dejó de elaborar y enviar posicionamientos políticos, sus grupos están integrados en los de Equo, mientras su lista de correo se mantiene abierta. 5 de los 16 miembros de la actual Gestora formamos parte de esa lista, y en ella se siguen produciendo debates sobre la situación del movimiento verde en España. La Coordinadora Verde, una vez transferido todo lo posible hacia Equo, y constituido éste como partido, deberá definir de nuevo su función y proyecto. Durante un tiempo fue el motor para la existencia de un partido verde unificado. Cuando ese objetivo se haya cumplido, ¿cual será su futuro?

Entendiendo Equo en el contexto de las redes sociales (y II)

En una entrada anterior comentaba el texto de Ismael Peña-López trazando paralelismos con Equo en lo relativo a las ventajas de los medios sociales para hacer política. En este texto voy a repasar la segunda parte del artículo en la que se plantean los retos a superar para mejorar el uso de estas herramientas.

La inmediatez, virtud y defecto

El primer gran reto de los medios sociales es, paradójicamente, su inmediatez. A menudo identificamos el ejercicio de la democracia con el sufragio. Sin embargo, una buena democracia se caracteriza por un acceso a la información, cuidar la fase de deliberación, negociar las preferencias, votar y rendir cuentas. Los medios sociales están demostrando ser buenos instrumentos para lo inmediato, pero todavía están verdes para lo reposado, para la deliberación (aunque hay ya buenos ejemplos, creo que no tenemos aún un “protocolo estandarizado”). Lo urgente prevalece sobre lo importante, y resulta difícil distinguir qué es lo relevante ante tal aluvión de opiniones, propuestas y llamadas a la movilización.

La frase “buenos para lo inmediato, aún verdes para la deliberación” podría encajar bien con el proceso de creación del programa electoral estatal en la Equomunidad. Ha sido una buena herramienta para gestionar el impulso y caudal participativo de la gente en un proceso rápido, pero si el debate se quiere sostener en el tiempo de forma reposada, el formato que ofrece la Equomunidad revela algunas carencias. Tampoco tiene Equo todavía un proceso claro de deliberación, preferencias, voto y rendición de cuentas.

¿Cómo encontrar un proceso de deliberación adecuado? La Equomunidad tiene que permitir debatir de forma ágil, y llegar a consensos para fijar una posición colectiva. Esto se ha conseguido en muchos casos, gracias no a la herramienta en sí, sino a la labor de los coordinadores de síntesis de los debates, extracción de ideas, replanteamiento de debates y propuestas de consenso. Ha sido más la parte humana que la parte tecnológica (y esto no debería de resultar una sorpresa).

Una de las herramientas que incorpora la Equomunidad es un wiki. Mucha gente lo ha utilizado como lo que es, un espacio de creación común, mientras que otros lo han usado, equivocadamente a mi entender, como un espacio de deliberación. El wiki es una estructura muy novedosa dentro de la creación política, y para lograr un buen uso del mismo hay que asignarle una función específica dentro del proceso y que la gente se acostumbre a utilizarlo.

Desde mi punto de vista, una de las enseñanzas para la construcción futura de la Equomunidad es la necesidad de encontrar ese proceso de deliberación, con unos pasos determinados, un calendario de actuaciones, que defina un momento para las reuniones presenciales y otro para las deliberaciones online, que facilite llegar a una posición colectiva, y que permita luego pedir cuentas a quienes hayan implementado esa posición.

Probablemente gran parte de esta funcionalidad esté por analizar, y por construir. De momento ni Twitter ni Facebook ni otra red existente pueden ser de ayuda en el corto plazo. La Equomunidad, en cambio, con todas las posibilidades abiertas para ser una herramienta “a la carta”, sí que puede.

La falta de un sistema de reputación

Un segundo problema presentado en el artículo es el siguiente:

… determinadas instituciones (partidos, organizaciones, medios de comunicación) marcaban la agenda identificando los temas relevantes, así como diseñaban los procedimientos para decidir sobre ellos. Y estas instituciones tenían la legitimidad porque, entre otras cosas, representaban la mejor forma de hacer lo que hacían: mediar entre la información y los ciudadanos posibilitando la comunicación. Los medios sociales suponen la obsolescencia de muchas instituciones, pero no han proporcionado todavía un sistema de reputación válido para substituirlas. La mayoría de los llamados sistemas de reputación de los medios sociales son meras agregaciones de variables cuantitativas.

Un partido político, ¿es una estructura obsoleta? A falta de un análisis detallado, en mi opinión el partido político “tradicional” sí que es una estructura obsoleta. Lo es entre otras razones porque no permite la participación política activa salvo en el marco ideológico estricto que el partido define. Tu puedes ser todo lo “amarillo” (por poner un color) que quieras, que si no encajas con la ideología exacta que marca el Partido Amarillo, tus aportaciones caerán en saco roto. Una estructura más moderna permitiría la interrelación entre personas que no tuviesen que pensar exactamente igual en todos los temas, pero que podrían actuar conjuntamente en los que sí estuviesen de acuerdo, dentro de un marco ideológico más amplio.

¿Han convertido los medios sociales a los partidos en obsoletos? A mi juicio no es que los hayan convertido, porque ya lo estaban, sino que han ayudado a poner de relieve que están obsoletos. Gracias a los medios sociales se ha diversificado tanto la opinión, que ahora se ve que no tiene sentido mantener un partido político con unas ideas fijas, sino que es más lógico tener un “espacio político” donde cada uno piense como quiera dentro de un marco común, se respete la acción individual, la gente se relacione en red, y se creen acciones en torno a proyectos concretos.

Como nota al margen, de este planteamiento se deduce que la “disciplina de partido” es una rémora del pasado.

Peña-López busca un sistema de reputación válido para sustituir al partido. Me surge la duda: ¿no estamos hablando de dos cosas distintas? Una sería el nuevo tipo organización que sustituyera al partido, y otra el sistema de reputación dentro de la nueva organización.

Si se trata de lo primero, una nueva organización podría ser el “partido-red”.

Si se trata de la reputación, se trataría de encontrar un sistema de valoración de los miembros de la comunidad. ¿Podría funcionar un sistema similar al de Stack Overflow del que hablábamos hace unos días?

Y una última idea: ahora mismo dentro de un medio social no se puede establecer un sistema de votación ni una “asamblea general”, cuando el único elemento que tenemos para juzgar el éxito de una propuesta son los “+1” y el concepto de “Trending Topic”, para el que ni siquiera sabemos el algoritmo. Lo que no quita para que mañana alguien cree una aplicación llamada TwittAssembly que gestione opiniones conjuntas en base a contar diferentes hashtags: “@Rafa_Font: Mi voto en la #Asamblea_EQUO es para la #opcion1 es #si.”

¿Debe la actividad que traen los medios sociales afectar a un creciente número de decisiones?

@Ictlogist acaba el artículo con unas palabras que considero aplicables punto por punto a Equo:

Volvamos ahora a la pregunta implícita del artículo original: ¿debería la actividad vehiculada por los medios sociales afectar a un creciente número de decisiones empresariales, editoriales y políticas?

Y la respuesta es, necesariamente, y por qué no. Utilicemos los medios sociales para ser ciudadanos más eficaces y más eficientes, sin olvidar los riesgos y puntos oscuros que la participación democrática por estas vías todavía no ha resuelto.

Esta es también mi opinión al respecto del uso de los medios sociales en política. Nos convierte en participantes más eficaces, más eficientes, abre puertas que no eran posibles hace unos años, permite mayor y mejor participación. Equo ya ha nacido en la ola de los medios sociales, y sus asambleas territoriales aprovechan esa fuerza. Por poner un ejemplo, @EquoAndalucía en apenas una semana de existencia ha narrado los resultados de las primarias, recopilado dos centenares de seguidores, enlazado la rueda de prensa del candidato, radiado la reunión de su Mesa, e invitado a participar abiertamente a la gente en la redacción del programa electoral a través de la Equomunidad. ¿Por qué no?

Mientras tanto, hemos de ser conscientes de lo incompleto del medio, de los puntos débiles señalados, y trabajar para solucionarlos con nuevas ideas, siendo conscientes de que el camino que exploramos es nuevo, que estamos inventando el presente.

A modo de conclusión:

Los “pros”:
– La Equomunidad es un espacio, y no un ente.
– Con las redes sociales se democratiza la creación de opinión
– Más política en las redes sociales es sinónimo de democracia de más calidad
– Con las redes sociales es más fácil “pensar globalmente, actuar localmente”

Los “peros”:
– La Equomunidad debe mejorar su capacidad para permitir debatir y consensuar posiciones.
– Es necesario trabajar en un modelo de reputación y de organización para superar definitivamente las instituciones caducas.
– ¿Por qué no utilizar los medios sociales en política para ser más eficientes y eficaces?

El debate no ha hecho más que comenzar,