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“Dí una cosa positiva de Equo y otra que cambiarías”, en Sevilla

Sevilla es la base de operaciones del candidato de Equo a la Junta de Andalucía, Esteban de Manuel, y su equipo de campaña. Basta con mirar el muro de Facebook de Equo Sevilla para ver la intensidad de actos programados, y en concreto el sábado pasado salían a las 8 de la mañana a presentar a los candidatos cordobeses ante la prensa.

Por eso era poco optimista en principio con esta visita. Yo quería ir a Sevilla, pero dada la vorágine organizativa local, me conformaba con acudir al acto sobre la función pública andaluza que tenían programado en la (fría) Casa de las Columnas, y luego ya tendría la oportunidad de hablar con quien estuviese interesado. Al final salió mejor de lo que imaginaba, y allí estaba Andrés Muñoz, de Equo Sevilla, para recibirme y al menos invitarme a un cola-cao para entrar en calor.

Algunas ideas interesantes de la charla:

  • El principal activo de la Administración son las personas que trabajan en ella.
  • ¿Puede la Administración ser 2.0? ¿Tiene sentido una “equomunidad” de miembros de la administración y usuarios de la misma?
  • Una de las causas de la desmotivación de los empleados públicos es que no hay diferencia de trato entre hacer las cosas bien, y hacerlas mal.
  • La movilidad interna podría ir en contra de la gestión del conocimiento. Cuando un empleado abandona un puesto, todo lo que conocía sobre los temas trabajados se va con él.

¿Cómo abordar la función pública desde la ecología política?

  • Usando intensivamente las tecnologías informáticas para reducir la huella ecológica de sus actividades.
  • En particular, usando software libre para que cada Ayuntamiento no tenga que construir desde cero sus programas de gestión, sino que pueda compartirlos con otros Ayuntamientos.
  • Aplicando criterios de contratación y compra verde
  • Estableciendo un sistema menos jerárquico.

En el turno de debate, Itziar Aguirre, también candidata a la Comisión Gestora, me presentó muy amablemente e interrumpimos el debate durante un breve tiempo para hablar sobre Equo. Seguimos la dinámica de comentar una cosa positiva de Equo, y otra negativa que cada uno cambiaría.

Había puntos positivos centrados en la idea general de Equo, y cómo era capaz de transmitir esperanza al ciudadano, cómo era el “único mensaje coherente” en la escena política, y la “única opción para lograr un cambio en el modelo social y productivo”. Más concretamente se valoraba la apuesta por las energías renovables, el discurso vertebrado sobre la sostenibilidad, o el ser capaces de dar el salto de lo verde a lo general. Otro grupo de respuestas estaban más enfocadas en el tipo de partido que se está construyendo, y valoraban la participación gracias al principio de 1 persona = 1 voto, la construcción “de abajo hacia arriba”, y el carácter experimental e innovador de la formación. Los últimos comentarios positivos iban dirigidos a la fortaleza humana de Equo, al gran potencial de su gente.

Entre los aspectos a mejorar, había algunos dirigidos al discurso general, aún poco profundizado en temas como empleo, salud, o sanidad, y faltando hacer más énfasis en el cambio de modelo, desencasillándose de lo verde. Había quien notaba cierta indefinición, quien pedía ser más contundentes en el mensaje, y quien decía que mejor no criticar a otras fuerzas y centrarnos en promocionar nuestras propuestas. Otro grupo de opiniones se centraron en la construcción interna, diciendo que pese al discurso, todavía éramos demasiado piramidales y poco en red, poniendo por ejemplo el que los socios no reciban las notas de prensa y no sepan qué opina Equo sobre los temas de actualidad, a la vez que había quien pedía un sistema más operativo. Un último conjunto de criticas estaban basadas en actitudes internas, diciendo que había que ser más pragmáticos y no querer estar en todo, que había cierta agresividad y mal estilo, y que estábamos demasiado presionados por las prisas, que deberíamos de construir más pausadamente.

En mi opinión, el principal aspecto negativo de la situación actual de Equo es el gran potencial presente y todavía no puesto en marcha. Hemos sido capaces de atraer a un montón de gente muy válida y con mucho conocimiento, y no estamos dándoles la oportunidad de participar y desarrollarse. Si lo hiciéramos, pondríamos en marcha una rueda imparable. En cambio el aspecto que más valoro es la implementación que hemos hecho hasta ahora del principio 1 persona = 1 voto. Por ejemplo, nuestras elecciones son todas primarias abiertas. Eso se está convirtiendo en una seña de identidad de Equo, y será muy difícil que en el futuro próximo demos un paso atrás en este sentido. Ahora lo que tenemos que hacer es que ese principio impregne todo el funcionamiento interno de la organización.

Me despedí agraciéndoles su tiempo a los compañeros sevillanos, y esperando que les hubiese resultado interesante esta dinámica. Me dirigí después a la estación de Santa Justa a devolver el coche y a subir en el AVE, el tren de alta velocidad que no proporciona a sus viajeros acceso a Internet.