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Equo tendrá un Congreso de afiliadas Y de delegadas

Equo tendrá un Congreso novedoso, con afiliados, delegados y simpatizantes, con el consenso como bandera, emitido en streaming y con posibilidad de voto online para ciertos apartados. Con bolsa solidaria pero sin repartir los gastos entre todos por igual, con guardería posible pero no garantizada.

Analizo aquí el resultado final, después de debatir sobre el tipo de Congreso que celebraría Equo en “¿Cuales son los problemas de un Congreso de Delegados?”  y “¿Cómo organizar un Congreso abierto a todas las personas asociadas?” .

La última Mesa Federal de Equo decidió que ante el debate afiliados vs. delegados optaría por una solución combinada: habrá personas delegadas que representen a los territorios, y habrá afiliadas que puedan representarse a sí mismas. He colocado el texto final acordado en este Google Doc: Participación 1er Congreso EQUO.

Doble sistema, doble mayoría

Lo principal será el doble sistema de participación. Abierto a los participantes individuales, y a la vez con 300 delegados repartidos proporcionalmente al número de afiliados en cada territorio. Esta combinación “delegados / afiliados” es, hasta donde yo se, novedosa en el espacio político español, y posiblemente sólo tenga parangón dentro del Partido Pirata (agradezco correcciones en los comentarios).

Algunas decisiones se reservan únicamente para las afiliadas: la elección de la Comisión Federal, y la aprobación de los textos finales de las resoluciones. Votarán en urna quienes asistan, y por Internet los demás. En las demás decisiones, enmiendas a los textos, y en las comisiones sólo participarán los asistentes presenciales.

Para aprobar una propuesta será necesaria una mayoría de participantes, y a la vez una mayoría de delegados. En la práctica es un sistema de doble mayoría. Sólo se aprueba lo que tenga el respaldo de los delegados, y a la vez de los asistentes. Esto otorga  otorgaría una ligera ventaja al colegio de delegados, en el caso de que votaran también como asistentes individuales.

A mi juicio plantea un pequeño problema de representatividad: la persona que acuda a título individual estará representada dos veces: una por sí misma, y otra por su delegado territorial correspondiente.

Creo que hemos encontrado una salida interesante para nuestra situación actual: quienes quieran representarse a sí mismos podrán hacerlo, y quienes quieran participar a través de sus delegados, también.

Creo también que no hemos resuelto los debates de fondo. Aún no damos una respuesta a quienes apuestan por un modelo de participación directa “Si tenemos los medios para prescindir de los intermediarios, ¿por qué no vamos a poder hacerlo?“. Y tampoco a quienes no tienen los medios “¿Cómo participamos quienes no tenemos el tiempo o el dinero necesario para representarnos a nosotros mismos?

Simpatizantes

Toda aquella persona que se haya registrado como simpatizante podrá participar y votar en el Congreso. Me parece relevante que Equo sea capaz de compartir sus decisiones no sólo con sus afiliadas, sino también con otras personas que sin afiliarse sí que estén dispuestas a echar una mano, en este caso los simpatizantes registrados. Esto choca, sin embargo, con el hecho de que los grupos de trabajo que están funcionando ahora para preparar el Congreso sean sólo accesibles a afiliadas. Los simpatizantes podrán participar en la decisión final, sin haber participado en la elaboración de la misma de igual manera que los afiliados.

Los tiempos de intervención

Mientras que el trabajo previo al Congreso puede constar de infinitos hilos y agrupar a muchas personas en paralelo, el tiempo de intervención es lineal y finito, y es preciso repartirlo de la forma más representativa posible. En el Congreso serán prioritarias las palabras de los delegados, después las de los afiliados, y después las de los simpatizantes.

El consenso como metodología

Las propuestas de resolución del Congreso se elaborarán por consenso. Esto requiere más tiempo, más debate, pero por otra parte permite propuestas respaldadas más ampliamente. Hay que tener en cuenta que si hay escasez de tiempo el consenso se convierte en un arma de doble filo, pues permite que las posturas se radicalicen y el consenso se convierta en un mínimo común denominador descafeinado. En el trabajo previo al Congreso, con mucho más tiempo para el debate, tenemos más facilidad para encontrar consensos que no desvirtúen las propuestas.

El consenso es en mi opinión la vía más adecuada para construir discursos políticos colectivos sostenibles. Las personas nos sentimos más vinculadas a las ideas que nosotras mismas hemos trabajado, y el ganar una votación con el 51% de los votos sólo significa cerrar un debate en falso.

Bolsa solidaria

Existirá una bolsa solidaria para co-financiar los viajes de los delegados. Los afiliados que quieran participar tendrán que pagarse sus viajes sin ayudas.

Creo que en este punto nos quedamos cortos. Por un lado, porque la fórmula es mejorable, y lo ideal sería que cada delegado pagase exactamente lo mismo, viniese desde donde viniese.

Por otro lado, el no intervenir económicamente en la participación de los afiliados significa  dejar a la participación directa expuesta a las desigualdades. El afiliado de Madrid se pagará su billete de Metro y acudirá, mientras que el afiliado de Melilla no podrá pagarse su billete de avión más hotel, y se quedará en casa. No intervenir económicamente en la participación directa refuerza la participación delegada.

Una posible solución pasaría porque todos los afiliados, vengan de donde vengan, paguen lo mismo por participar en el Congreso.

Internet

El Congreso se emitirá por streaming. Después de varias experiencias emitiendo de forma restringida las reuniones de la Mesa Federal, tenemos la confianza suficiente como para lanzar en streaming el Congreso. Además la gente podrá votar por Internet, lo que nos obligará a poner en marcha un mecanismo para identificar a nuestros afiliados y simpatizantes.

Sí, podríamos hacer más cosas a través de Internet, como permitir votar en todas las votaciones existentes, y participar en las comisiones. Pero los pasos que vamos a afrontar en cuanto al uso de la tecnología son muy relevantes y poco a poco se van consolidando.

Guardería

En cuanto a la guardería, se facilitará “en la medida de lo posible“. Tener una guardería funcionando implica que las madres y padres con niños pequeños podrán venir y participar en el Congreso.

En mi opinión, buscar una persona, contratada o voluntaria, que se haga cargo de los niños, debe de ser una constante en todos los eventos estatales que celebre Equo, sean Congresos, Asambleas, o Universidades Verdes. Los padres necesitan tiempo para planificar este viaje y por nuestra parte tenemos que ofrecer la “garantía” de una guardería igual que ofrecemos la garantía de una sala de plenos, y no sólo la “posibilidad”.

En la práctica el equipo logístico de Madrid, volcado en hacer que el Congreso salga lo mejor posible, resolverá este tema. Pero como organización tenemos que ser más exigentes, y en nuestros textos necesitamos enviar un mensaje más potente sobre el tipo de partido que queremos ser.

Democracia 4.0

Como decía anteriormente, un afiliado individual que acuda estará doblemente representado: por su asamblea y por si mismo. ¿Se puede resolver esta duplicidad?

Enlazo con las propuestas del movimiento pro Democracia 4.0 que persigue algo análogo: que los ciudadanos puedan votar directamente en el Congreso de los Diputados:

– … ya que somos 35 millones de ciudadanas y ciudadanos mayores de edad, a quienes nos representan 350 diputados, existe la posibilidad de descontar una pequeña cuota de representación a cada uno de ellos, una treinta y cinco millonésima parte (la cuota de soberanía que nos corresponde), cuando queramos acceder vía internet al Congreso.

Al voto de los los delegados se le resta la parte proporcional a la gente que acude en persona.  ¿Y si aplicásemos esta medida en nuestro sistema de delegación?

¿Cómo organizar un congreso abierto a todas las personas asociadas?

En la entrada anterior citaba algunas posibilidades para un congreso de socias con todas las garantías: bolsa solidaria, participación online, o servicio de guardería. Amplío ahora estas cuestiones y recojo otras que habéis enviado en los comentarios y en Facebook. ¿Qué mecanismos hay que poner en marcha para que un congreso de socios funcione correctamente?

Que a todos nos cueste lo mismo acudir

El congreso se celebrará en Madrid. Si vivo allí el coste de acudir es mínimo porque duermo en mi casa y viajo en Metro. Si vivo en Canarias el coste es muy elevado porque incluye el billete de avión y dos noches de hotel. Si no modificamos esto, mucha gente de Madrid podría ir, pero poca de Canarias, y no habría una participación homogénea de gente de todos los territorios.

En la pasada Mesa Federal Equo habilitó un “fondo solidario”, para contribuir a los viajes. En el Congreso creo que deberíamos de ir más allá. Se sumarían los gastos de viaje y alojamiento de todas las personas, y se dividirían entre las que acudiéramos, y así nos costaría lo mismo viniésemos de donde viniésemos.

Participación y voto online

Para que toda la gente pueda seguir lo que ocurre en el Congreso se puede habilitar el streaming. Para poder intervenir en remoto se puede establecer una conexión skype conectada al audio de la sala. Es posible votar de forma remota.

Estas alternativas ya se han puesto en práctica en Equo: el encuentro de Equoncejales se emitió por streaming, Luis C. y Miguel B. comentaban en el artículo anterior que en la asamblea de Equo Asturias se hizo también y se permitió voto online, y en la última mesa federal hubo intervenciones y votos en remoto. De aquí al Congreso podríamos seguir ampliando nuestra experiencia con estos métodos y aumentando el número de gente que participa por este medio.

Asambleas descentralizadas

No todo el mundo tiene Internet en casa, y puede que no se maneje bien con las herramientas online. Podemos dar un paso más como el que apuntaban Toni R. y Federico G.: montar asambleas locales durante los días de congreso. Realizarían un seguimiento del mismo por streaming y en pantalla grande, y permitirían que la gente fuese allí, interviniese, votase, y que estos votos se transmitiesen inmediatamente al Congreso.

Delegaciones de voto

Habrá quien tenga que trabajar durante el fin de semana, o tenga un compromiso ineludible. Parece razonable implementar para estos casos delegaciones de voto, de forma que aunque yo no vaya, le pueda confiar mi voto a una compañera.

Tomás V. plantea la cuestión clave: ¿cuántos votos podría acumular una sola persona? Me inclino a que cada persona sólo pueda tener su voto más una delegación de otra persona. Probablemente puedas encontrar a alguien que tenga casi las mismas opiniones que tú a quien ceder tu voto, pero sea más difícil que tres o más votos agrupados representen fielmente la diversidad de opiniones durante todas las votaciones.

El Congreso es un proceso

Pongamos que en el Congreso podamos votar todas las personas afiliadas. Eso en realidad no resolvería nada si no hubiéramos podido participar en el proceso anterior de preparación de los documentos. Durante un sólo día se pueden hacer votaciones, pero es más difícil realizar debates de profundidad. Rafa M. comentaba en el anterior post lo siguiente: “Los documentos que vayan a la reunión de julio deberán discutirse intensivamente por los socios en las semanas anteriores, tanto en el marco de los grupos territoriales como en la red social. Y con posterioridad a la reunión, podría plantearse una fase de ratificación / votación de las conclusiones que salgan de la reunión.”

Ahí radica gran parte del éxito del Congreso: ser capaces de establecer un cauce de participación amplio, presencial y virtual. Que los documentos a debate lleguen a todas estén donde estén, y que se debatan, se comenten, modifiquen, y la gente los hagan suyos. Tanto en asambleas presenciales con la gente cercana físicamente como en la Equomunidad con toda la afiliación. Carlos R. cree que la nueva política pasa por buscar el consenso “con una dinámica de participación donde todas las personas puedan aportar al debate, ya sean estos chavales con gran manejo de las redes sociales, o “iaioflautas” que necesitan del contacto físico, pasando por los múltiples medios de participación que se dan en la sociedad.”

El día del Congreso: Guardería, alojamiento, y más.

Y luego, está el día en sí, que como dice Sergio A., es algo más que ir a votar. Es ir a aprovechar la cercanía, el contacto, para deliberar sobre los puntos aún no resueltos, para cambiar de opinión y cambiársela a los demás, para oir argumentos cara a cara.

Para que todo el mundo pueda acudir hay que pensar en algo más que en tecnología y dinero. El servicio de guardería, por ejemplo, debería de ser una constante en todas las reuniones de una organización como Equo. Además de eso Sergio propone todo un plan solidario y hospitalario de los Equos madrileños incluyendo alojamiento en casas particulares para quienes vienen de fuera, o llevar comida casera para sustituir al catering. Hacer, en suma, lo máximo posible para facilitar la participación.

¿Es suficiente así?

Se lo quiero preguntar especialmente a Arturo de Cádiz, que en este blog nos ha recordado las dificultades para participar de quienes no tienen correo electrónico. Y también a Manolo de Melilla, que comenta a su vez que el 40% de la población melillense no accede a Internet. Y por extensión a todas aquellas personas que puedan tener una situación similar: ¿Cómo lo véis? ¿Os parece que estas propuestas pueden ayudar a que la gente participe a título individual en igualdad de condiciones, vengan de donde vengan?