Archivo de la etiqueta: ICV

El ecosocialismo, sus partidos, el factor identitario, y su relación con Equo

Verdes y/o Izquierda Verde: partidos ecosocialistas en España

Para definirnos, ¿basta con “verdes”, o es mejor decir “verdes y de izquierdas”? Opiniones hay para todos los gustos en un debate aún abierto en el ecologismo español.

Hay diferentes prioridades. Hay quien se considera más “ecopacifista”, más “ecofeminista”, o más “ecosocialista”, en función del énfasis que cada uno haga sobre la no violencia, el feminismo, o la vertiente social. Hay quien se pone todas las etiquetas, y quien prefiere no ponerse ninguna, siempre dentro de la ecología política. En otras ocasiones, el término “izquierda verde” se opone al ecologismo, argumentando que en esta vida no todo es salvar ballenas. Desde la parte “verde, verde” a veces se critica lo rojiverde, diciendo que no triunfa porque no se diferencia lo suficiente de otras opciones.

No me gusta tomar partido en este debate. Cada cual que se etiquete como mejor le parezca, que ya llegaré yo por mis medios a la necesidad de la acción no violenta sin necesidad de llamarme pacifista, a los órganos de gobierno con al menos el 50% de mujeres sin decir que soy feminista, y a la necesaria vinculación entre la justicia social y la ambiental, sin necesidad de etiquetarme como socialista. Prefiero que me valores por lo que digo y hago, y no por cómo me etiqueto. Pero como etiquetarse puede facilitar la valoración, me parece bien que quien se quiera etiquetar para vincularse a unos valores, lo haga.

Al fin y al cabo hay una frontera clara: no somos productivistas. Por poner un ejemplo: No queremos mantener el carbón a cualquier precio, sino que queremos dar un nuevo trabajo a los mineros y cerrar las minas. Desde mi punto de vista, todos los que nos definimos como “eco-” estamos del mismo lado de esa frontera, y tendríamos cabida en una misma organización.

El ecosocialismo no es una corriente mayoritaria dentro del ecologismo europeo, pero sí que lo ha sido dentro de la ecología política en España. Hay varios partidos que se reivindican ecologistas de izquierdas y se autodefinen como ecosocialistas. Es el caso de ICV en Cataluña, de Iniciativa del Poble Valencià (IPV) en la Comunidad Valenciana, y de Iniciativa Verds (IV) en Mallorca. Tanto IPV como IV participan en el día a día de Equo, mientras que ICV apoya desde fuera. Otro partido de corte ecosocialista que ha tenido vinculación con Equo en forma de acuerdo electoral es “Alternativa Sí Se Puede“, en Canarias. En Galicia, entre los promotores de “Espazo Ecosocialista” hay gente que apostó al principio por Equo y luego salió hacia ese proyecto. En Murcia el partido “Ecosocialistas de la Región de Murcia” tiene una estrategia diferente y está integrado dentro de IU. También hay un conjunto de ecosocialistas integrados dentro de Izquierda Anticapitalista, como por ejemplo Jorge Riechmann.

El factor identitario

Un elemento común a destacar dentro de los partidos “verdes y de izquierdas” en el Estado Español es la presencia de un factor identitario. ICV se define como “catalanista”, IPV como “valencianista”, y Espazo Ecosocialista comenzó llamándose “Ecogaleguistas”. En términos de alianzas electorales, IPV apuesta por una integración dentro de Compromís, cuyo socio principal es el Bloc Nacionalista Valencià, e IV hace lo propio dentro de una coalición con el PSM-Entesa Nacionalista, y Entesa por Mallorca (un partido “mallorquinista”). En general, se definen como “soberanistas”.

Dentro del discurso de estos partidos es habitual encontrar llamadas a la creación de un frente amplio para hacer frente a la derecha, y referencias a la maltrecha situación (“con la que está cayendo”) como argumentos para reducir los debates internos y favorecer una política de alianzas contra el enemigo común.

La mayor parte de estos partidos comparten Espacio Plural, una plataforma donde también están formaciones no necesariamente verdes como la Chunta Aragonesista, el Partido Andalucista, o Nueva Canarias. Espacio Plural es una iniciativa de ICV para conformar un frente de izquierdas, federalista, y ecologista ante la crisis. Sus apariciones públicas tienen altibajos, y no pretende ser un proyecto en sí mismo sino un espacio de encuentro. Recientemente organizaron unas jornadas municipales, y la vez anterior que se activó coincidió con las fechas previas a la creación de Equo el 4-J.

El espacio de opinión política Paralelo 36 también forma parte de Espacio Plural, y defiende tesis del mismo estilo: ecologistas, de izquierdas, y en este caso andalucistas. Paralelo 36, sin ser un partido, da cabida a varias personas que defienden la creación de un espacio político que con estas bases defina “la nueva izquierda andaluza“, citando como referencias a varios partidos de Espacio Plural, además de a Syriza.

Estrategias con respecto a Equo

Dado su tamaño, implantación e historia, me parece razonable pensar que ICV querrá mantener una interlocución de tú a tú con Equo, similar a la que trató de tejer con Los Verdes en años anteriores. Una unión orgánica parece incluso difícil de plantear en el medio plazo, aunque sería lo deseable para el Partido Verde Europeo. ICV quiere que Equo respete su territorio, y se toma bastante mal la existencia de una asamblea de Equo en Cataluña. ICV tiene el objetivo confesado de encontrar un referente estatal para sus políticas, que a poder ser no interfiera en su territorio, y Equo podría serlo.

De cara a las próximas europeas parece que se mantiene la incógnita de si habrá de nuevo alianza IU-ICV. Si no la hay, imagino que querrán un proyecto lo suficientemente fuerte como para garantizar representación. En el año 99 ya lideraron la candidatura “Los Verdes – Las Izquierdas de los Pueblos“, que con parecidos componentes a los que tiene hoy Espacio Plural (ecologistas, de izquierdas, e identitario) se quedaron a las puertas del Europarlamento. Quizá hoy estén en condiciones de plantear algo parecido.

IPV apuesta por integrar un nuevo partido en el Pais Valencià, junto con Els Verds Esquerra Ecologista y Equo. El partido resultante por tanto no se disolvería en Equo, sino que buscaría también una interlocución uno a uno. Iría un paso más allá, puesto que sería el único referente de Equo dentro de la Comunidad Valenciana. Quienes proponen esto consideran que este mismo tipo de relación de igual a igual sería aplicable para otros territorios, si quisieran, dando lugar a un sistema de partidos independientes federados a Equo. La apuesta electoral de IPV es estratégica y se llama Compromís. Cabe pensar que quieran llevarla también a las europeas.

IV en Mallorca tiene una visión similar. Prefiere mantenerse como partido independiente antes que disolverse en Equo, y así lo proponen. “Establecer marcos de afilición y dirección bilaterales entre ambas organizaciones, y la no disolución de los partidos de ámbito autonómico dentro de Equo”. Su estrategia electoral pasa también por alianzas electorales como primera opción.

Tanto el nuevo espacio político andaluz en torno a Paralelo 36 como Espazo Ecosocialista en Galicia tienen estrategias en apariencia similares, yendo hacia un modelo de Iniciativa ecosocialista, andalucista o galleguista, y buscando alianzas al estilo Compromís. Estos días se presentaba la propuesta de “un nuevo espacio político andaluz“, con gente proveniente del Partido Andalucista, de IU, y de la corriente de Equo Andalucía denominada Andalucía Ecológica, que aspira a una vinculación a Equo estatal similar a la planteada desde Mallorca o Valencia.

A la asamblea constituyente de Espazo Ecosocialista acudieron miembros de Compromís, IV, e ICV. “Compromiso X Galiza” es el nombre que le dan a una iniciativa de cooperación plural de izquierdas, términos similares a los utilizados en otros territorios.

¿En qué afecta esto a Equo?

En Catalunya hay un debate latente. El acuerdo de colaboración entre Equo e ICV no trata la creación de asambleas allí. Equo Catalunya ha querido echar a andar igual que en otros territorios, y esto ha supuesto una molestia considerable para ICV. En Cataluña Equo no tiene “mesa territorial” sino “comisión de coordinación”, y se exploran vías de colaboración entre afiliados de ambas formaciones.

En el Pais Valencià, IPV no tiene intención de desparecer pese a ser un partido firmante del 4-J (salvo si se refunda en un nuevo partido). El próximo Congreso de Equo decidirá si acepta o no este tipo de relación. Ahora los afiliados de IPV pueden participar en las dinámicas cotidianas de Equo. Hay un número relevante de verdes en el País Valencià que no se han sumado o que han dejado el proyecto en los últimos meses esperando a que Equo se defina a este respecto, tanto en discurso como en organización.

IV en Baleares tampoco quiere disolverse, y aspira a ser la referencia de Equo en todas las Baleares, lo que provoca cierta incomodidad dentro de Equo Menorca. En Galicia el número de personas implicadas en Equo ha disminuido a raíz de la aparición de Espazo Ecosocialista. En Andalucía la propuesta de creación de un espacio sociopolítico ecoandalucista no ha provocado indiferencia.

El hecho de que existieran partidos independientes dentro de Equo tendría trascendencia, porque pondría en tela de juicio el modelo propuesto hasta ahora. Se pasaría de la dinámica de ser “un partido de personas” a ser “un partido de partidos”. Ya no serían los afiliados quienes discutieran los posicionamientos estatales, sino que serían los representantes de los partidos quienes llegasen a un acuerdo entre sí. Esto está relacionado estrechamente con el debate sobre democracia representativa: un Congreso de delegados encajaría mejor con un modelo de “partido de partidos”, mientras que un Congreso de afiliados encajaría mejor con un “partido de personas”.

Estos debates tienen también influencia sobre las elecciones europeas de 2014. Podría plantearse una papeleta “Equo + Espacio Plural”, a modo de actualización de la apuesta del 99, con los argumentos de la necesidad de generar un amplio frente común desde la izquierda a las políticas neoliberales. Esa posible lista sería de nuevo una “lista de partidos”, en la que los puestos se negociarían, y tendría difícil encaje con el modelo de primarias habitual en Equo. Por otra parte, y dados nuestros resultados electorales, estaríamos en mala posición para negociar puestos.

En general, este debate pone sobre la mesa varias cuestiones de calado: la relación entre partidos un partido que defiende una nueva forma de hacer política y partidos ya existentes dentro de un espacio ideológico similar; la lógica de querer mejorar resultados agrupando a cuantos más partidos mejor, incluso aquellos con los que no hay una vinculación aparente, frente a la lógica de la consolidación de un espacio propio relevante; y también las dinámicas de la negociación entre partidos como contraposición a la negociación entre personas.

We are from Equo Barcelona

Era importante estar en Barcelona, última parada de este tour, para conocer a quienes contra viento y marea han estado construyendo Equo en Cataluña, pese a todos los problemas, presiones y dificultades. El equipo humano que me encontré debatía de forma animada, dinámica, daban la impresión de entenderse muy bien entre ellos, y creo que coincidirán conmigo en que involucrar a más mujeres tendrá un efecto aún más positivo.

A lo largo de todo el estado han llegado a Equo gentes que se han apuntado sin tener muy clara la idea de lo que era este proyecto. Gentes que conectaron con el surgimiento de una nueva fuerza política de este tipo y con este discurso, con la confianza de poder contribuir a hacerlo crecer y desarrollarse. Ese fue el espíritu que vi en Barcelona. La sesión que organizaron fue una mesa redonda donde también estaban otros dos candidatos a la Gestora: Carolina López y Alberto Mancheño.

La relación con ICV es un elemento siempre presente. Iniciativa per Catalunya Verds es un partido verde consolidado, con experiencia de gobierno, y porcentajes de voto en torno al 10% de forma general, algo muy alejado de los resultados de cualquier otro partido verde en España. Forma parte del Partido Verde Europeo, algo a lo que Equo también aspira. La cuestión es que el Partido Verde Europeo les pide a todos sus partidos miembros que no compitan electoralmente. Eso significaría que en las elecciones europeas Equo e ICV deberían de presentarse juntos, y también, de crearse Equo en Cataluña, en las elecciones catalanas y locales. O bien presentarse juntos, o bien que uno de los dos renuncie a presentarse.

Lo que el Partido Verde Europeo no dice es que sólo deba de existir un partido en cada territorio. Hasta donde yo se, y que sean ellos quienes me corrijan, el PVE daría por buena la existencia de Equo en Cataluña siempre y cuando haya acuerdos electorales. Es comprensible que ICV no lo vea con tan buenos ojos, porque supondría compartir parte de su espacio político, y siempre es más cómodo tomar decisiones electorales propias que negociadas.

Lo bueno de la existencia de una asamblea de Equo en Cataluña es que hay gente que estaría involucrada en el proyecto de la ecología política, y que de otra forma a través de ICV nunca lo iba a estar. Citando una de las frases de la reunión: “¿Aún no han entendido que no queremos estar en ICV?”

Desde mi punto de vista, Equo ha de seguir su implantación territorial por igual en todos los territorios, tal y como aprobó en su Asamblea Constituyente, y podría encontrar, también, vías de colaboración con ICV. Aunque no lo comentamos en la reunión, repito una idea que he oído: ¿por qué no invitar a los grupos de trabajo a todos aquellos que en Cataluña quieran trabajar a nivel estatal? De las bases a las bases.

En la ya habitual sesión de luces y sombras, el principal argumento a mejorar fue la gestión del “tema catalán” desde la Comisión Gestora. Se veía que podía ser más descentralizada, menos centralista, y que los acuerdos que influían en los socios de Equo en Cataluña podrían hacerse en el futuro próximo garantizando que éstos participarán en los mismos. Otra de las cuestiones que se resaltó fue la falta de más profesionales, expertos y científicos, y la voluntad de querer ser un proyecto autónomo, y poder “ser lo que queremos ser“. Y una con la que coincidían con otros territorios: no a las prisas.

Entre los aspectos positivos figuró el potencial humano, algo que se repite territorio tras territorio. El espíritu de trabajo, la voluntad de cambio, y el potencial del proyecto. Había quien lo consideraba “la primera oportunidad de cambiar y crear un partido al servicio del pueblo“. La Equomunidad es también vista como un paso adelante, como una herramienta que debe evolucionar para ser un referente en la política estatal, implementando mecanismos de democracia directa, construyendo ese nuevo modelo de partido.

En Cataluña hay partidarios de la Equomunidad y del uso de la tecnología para la acción política. Pero cuando pregunté por cómo integrar el aspecto presencial, todos querían salir a hacer asambleas en los pueblos, a contactar con la gente, a debatir cara a cara, y a hacer un trabajo desde abajo hacia arriba, que luego se integraría con lo virtual. Cómo no salir de allí siendo optimista.

Apuré la reunión al máximo (o me apuraron, debería decir, porque no tenían muchas ganas de dejarme marchar), y subí al taxi hacia el aeropuerto. Gran conversador como los de su gremio, el taxista se encargó de recordarme lo frío que estaba todo por encima de los Pirineos, lo que coincidía con lo que decía mi teléfono: 13 bajo cero en Bruselas. Apreté los dientes, y subí al avión con el Capitán Alatriste en la mano. Después de la gira española, yo también volvía a Flandes.