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“¿Cómo puedes destruir los paisajes, las aguas, el aire y las especies que tantas generaciones pasadas supieron legarte?”

Hace unos días el profesor de Ética y Filosofía Miguel Ángel Quintana Paz publicaba el artículo “Por un ecologismo de derechas“. 

Me parece muy interesante, porque creo que es necesario aunar fuerzas desde todo el espectro político para afrontar la emergencia climática. Otras personas de derechas, como Toni Timoner y Luis Quiroga, o de centro, como Toni Roldán, se han expresado de forma parecida recientemente. Estoy de acuerdo con ellos en que la defensa medioambiental no es patrimonio de “la izquierda”. 

Quintana Paz caracteriza a “la izquierda” como revolucionaria, estatalista, burocrática, maniquea, y enfadada con el mundo. Ante este némesis plantea su ecologismo de derechas. Esa “izquierda” existe, sí, pero hay otras. Yo soy de izquierdas, pero no me identifico con esa “izquierda”. 

“La izquierda” de Quintana Paz es revolucionaria. En mi opinión, la revolución es una quimera, y no debe ser la aspiración. Lo que sí existe es una resistencia en forma de, por ejemplo, energías renovables, banca ética o agricultura ecológica, que existen dentro del sistema y lo cambian por dentro. 

“La izquierda” antagonista es estatalista. Pero hay otra izquierda que no lo es, que es libertaria, y que también desconfía de un Estado todopoderoso. Los problemas ambientales de la izquierda estatalista los describe el propio autor y para mi son suficiente argumento. 

“No hay que buscar en ningún suprapoder burocrático una alternativa a nuestros estados de derecho para abordar los problemas medioambientales”. Estoy de acuerdo. No creo que la burocracia ayude. Sí creo que un suprapoder pueda ayudar, véase la UE, que no es una alternativa sino un complemento a los estados. 

También estoy de acuerdo con que no es una guerra de empresas frente a ciudadanos, y el contraejemplo de la contaminación del aire en Madrid me parece válido. Ahora, no es correcto olvidar que la mayor parte de las emisiones de CO2 la realizan grandes empresas, no individuos. Quintana Paz no menciona ésto. 

Me parece especialmente interesante el lenguaje utilizado para situar el discurso ecologista en la derecha: apela a la herencia y al deber. Creo que los ecologistas tenemos que ser conscientes de que si queremos que también nos vote gente más conservadora, hay que usar más este lenguaje cuando nos dirijamos a ellos. 

Ya lo hacemos cuando planteamos que mundo les dejamos a las generaciones futuras, y cuando apelamos a la responsabilidad individual. Debemos ser conscientes de que estos argumentos funcionan mejor al dirigirnos a un público conservador. 

“¿Cómo puedes destruir los paisajes, las aguas, el aire y las especies que tantas generaciones pasadas supieron legarte? ¿Cómo puedes ser tan cruel con tus congéneres del futuro como para privarles de todo ello?”

Quintana Paz sitúa su moral ecológica conservadora en una combinación de pietas romana y pietas cristiana. Yo no me identificaría así, aunque sea parte mi bagaje cultural. Yo soy más de la quimera vegano-feminista-animalista-anticapitalista que él no aprecia. Pero yo no quiero ser conservador, no quiero ser Quintana Paz. Lo que quiero es que avancen las ideas ecologistas que compartimos. 

Las 3 claves del cambio: el elefante, su jinete y el camino

La parte racional de las personas es “el jinete“. Es quién toma las riendas y piensa dónde ir. La otra parte, la emocional, es “el elefante“. Muchas veces da igual cuanto empeño ponga el jinete, que el elefante es más fuerte y acabará yendo donde quiere. 

Esta entente entre jinete y elefante es una propuesta del psicólogo Jonathan Haidt para entender el comportamiento humano. Basada en ella, Chip y Dan Heath han escrito “Cambia el chip: Cómo afrontar cambios que parecen imposibles“. 
Hay 3 claves en el libro para favorecer procesos de cambio (primera nota: el cambio no es un evento, sino un proceso). La primera es: dirige al jinete. Entiende cómo funciona y cómo proponer argumentos racionales para el cambio. La segunda es: motiva al elefante. Se consciente de la fuerza de la emoción. La tercera es: dale forma al camino. Modifica el entorno para facilitar el cambio. 

Dirige al jinete

El jinete tiende a darle muchas vueltas a las cosas. Pónselo fácil:

  1. Muestra el destino con total claridad. Muchas veces lo que parece resistencia al cambio es sólo una reacción a la falta de claridad. 
  2. Señala las reglas críticas. Tomar decisiones cansa, pero si tienes un conjunto mínimo de reglas que seguir, lograr un cambio será más fácil.
  3. Replica los pequeños éxitos. En vez de enfocarte en arreglar lo que está roto, busca las cosas que están yendo bien y multiplícalas. 

Motiva al elefante

De nada sirve el mejor jinete si el elefante toma otro camino. El elefante entiende de emociones. Guíale así:

  1. Encuentra el sentimiento. En vez de convencer con datos, convence generando sentimientos. El patrón del cambio no es ANALIZAR > PENSAR > CAMBIAR. Sino VER > SENTIR > CAMBIAR.
  2. Desmenuza el cambio. Si el objetivo es demasiado ambicioso, el elefante se desmotiva. Busca el cambio más pequeño posible, reduce las expectativas, y haz que la única opción sea el triunfo, por pequeño que sea. Además, la sensación de progreso es un gran motivador. Es más motivador pasar de 2 a 12 que de 0 a 10.
  3. Apela a la identidad (que es un mecanismo irracional de toma de decisiones) en vez de a las consecuencias (mecanismo racional). Queremos que algo cambie porque dice cosas acerca de quienes somos.

Dale forma al camino

Para ayudar al cambio se puede modificar el entorno, quitar complicaciones, y buscar fluidez. 

  1. Crea hábitos. Los hábitos son el piloto automático del comportamiento. Son decisiones “pre-cargadas” en la mente del jinete. Tomar decisiones desgasta, y un hábito evita tener que pensar. Encontrar disparadores ayuda: cada vez que entre en una habitación de hospital me desinfectaré las manos, sin pensar. 
  2. Cambia el entorno. Hay situaciones estructurales que frenan el cambio. Por ejemplo, para facilitar la colaboración entre compañeros de oficina vale más crear una buena sala de reuniones o activar un wiki, que doscientos correos de los jefes animando a colaborar.
  3. Busca al grupo. Los cambios de comportamiento son contagiosos. Mostrar que otros ya han cambiado ayuda a cambiar. “Más del 50% de tus compañeros de oficina ya han contestado a esta encuesta”. 

Algunos ejemplos del libro

¿Cómo conseguir que los empleados manden sus hojas de gastos a tiempo? 

  • Investiga por qué los que sí las mandan a tiempo lo hacen > Replica los éxitos
  • Muestra como los compañeros de contabilidad se agobian al deber tratar gastos que llegan atrasados > Busca el sentimiento. 
  • Simplifica el formulario de gastos > Cambia el entorno 

¿Cómo reducir el presupuesto de una organización sin crear un gran lío? 

  • Busca los departamentos que ya están ahorrando > Replica los éxitos
  • Busca el ahorro más pequeño posible > Desmenuza el cambio. 
  • Muestra los ahorros conseguidos en otros departamentos > Busca al grupo. 

¿Cómo hacer cumplir la política de seguridad en una fábrica? 

  • Reducir el número de normas > Señala las reglas críticas. 
  • Pintar una línea azul en el suelo a partir de la cual es obligatorio el uso de casco y gafas > Crear hábitos (y disparadores). 

Para finalizar, una pregunta abierta: ¿cómo aplicar este modelo a cambios orientados a frenar el cambio climático, o a otros problemas ecosociales? 

Comuniquemos de forma pacífica

Recuerdo momentos tensos cuando formaba parte de la ejecutiva de Equo hace 6 años. Había discrepancias, mi posición era minoritaria, y en ocasiones saltaba el conflicto. Recuerdo escribir emails antes de irme a dormir, estar rumiando las posibles respuestas, y despertarme ya enfadado antes de volver a abrir el ordenador. Esa conducta genera ansiedad, se magnifica cuando la comunicación es asíncrona (como casi todo en Internet), y creo que es una causa de que la gente se queme.

En política, en general, hay mucho mal rollo. Muchos juicios sumarísimos sobre lo que está bien o mal. Hay deseos transmitidos en forma de órdenes. Ese moralismo se origina en sociedades en las que una pequeña élite dominaba al resto e imponía su criterio plasmándolo en la moral: lo que era bueno, o lo que era malo. Y en Twitter, todo esto se magnifica.

Pero hay otras formas de comunicar. La Comunicación No Violenta (CNV) fue propuesta por el psicólogo Marshall Rosenberg para que las personas conectasen, se escuchasen, y se expresasen, sin conflicto. La CNV tiene cuatro partes: observar sin juzgar, enunciar tus sentimientos, expresar tus necesidades, y hacer una petición. Y vale tanto cuando hablas como cuando escuchas.

Observa sin juzgar

Si combinamos observación y juicio estamos generando crítica, y eso genera resistencia en el interlocutor. En vez de eso, narra los hechos. Enuncia lo que has visto de forma neutra. En su libro, Rosenberg dice que las observaciones han de estar contextualizadas. Mejor decir “Hank Smith no ha marcado ningún gol en 20 partidos” que decir “Hank Smith es un mal jugador de fútbol“.

Enuncia tus sentimientos

Una vez expuesto lo que has visto, ¿qué es lo que te hace sentir? A veces no sabemos ponerlo en palabra (y los tíos aun menos), así que está bien tirar de una lista. Algunos sentimientos pueden ser: molesto, alarmado, descorazonado, irritado, celoso, apático, avergonzado, solitario… o en positivo: emocionado, entusiasta, en paz, agradecido, animado. Cuantos más dominemos mejor nos conoceremos a nosotras mismas y mejor comunicaremos a los demás.

Expresa tus necesidades

Somos responsables de nuestros sentimientos. No nos sentimos de determinada manera porque alguien haya hecho algo, sino porque determinadas necesidades propias no han sido satisfechas. “Estoy enfadado porque fulanito ha hecho esto…” vs “Estoy enfadado porque necesito esto…”

Expresemos nuestras necesidades, y así sabremos la razón de nuestros sentimientos. Las necesidades son iguales para todos: autonomía (e.j. para perseguir los sueños), integridad (e.j. para ser auténtico), interdependencia (e.j. honestidad), comunión espiritual (e.g. paz), juego (e.j. diversión) y alimento físico (e.j. expresión sexual).

Haz una petición

La diferencia entre una petición y una orden es que se acepta que a la primera se pueda decir que no. Ante una orden sólo hay dos opciones: someterse o rebelarse. Una petición, en cambio, mantiene viva la comunicación.

La empatía

He descrito estas cuatro fases en términos de comunicar. Pero también se pueden usar para recibir. Se pueden escuchar los sentimientos y necesidades de la otra persona. Incluso aunque se oculten tras un ataque personal, quien conoce la comunicación no violenta puede optar entre entrar al trapo, o identificar los sentimientos (¿estás enfadado?) y las necesidades (¿estás enfadado porque quieres jugar más tiempo en vez de ir a cenar?).  Así les damos a los otros el tiempo y el espacio para expresarse y sentirse comprendidos. 

No es necesario dar consejos, ni expresar nuestra propia opinión. Tan sólo ocupar nuestra mente en escuchar e identificar sentimientos, necesidades y peticiones. 

Lo que le veo de positivo

Desde que leí “Comunicación no violenta” y la pongo (ocasionalmente) en práctica, he visto los siguientes aspectos positivos:

  • Menos ansiedad al comunicar. Al exponer mis sentimientos y mis necesidades no estoy enfrentándome a mi interlocutor. No hay riesgo de confrontación: nadie me va a decir “no, eso no es lo que sientes“. Así puedo expresarme mejor, y más tranquilamente.
  • Menos ansiedad al recibir. Es una herramienta que evita que yo de mi opinión, y así me puedo enfocar en escuchar al de enfrente. Como cada persona es responsable de sus sentimientos, no soy yo quien los ha causado. Así que no estoy a la defensiva y me pueden decir de todo.
  • Mayor conocimiento propio. Los sentimientos no están en el corazón, sino que son conceptos abstractos en la mente. Cuantos más conozcas, más capaz serás de expresarte. Este tipo de comunicación conlleva un mayor conocimiento propio.
  • Me parece una herramienta pacifista. En política, a veces veo interacciones agresivas. Me hacen sentir incómodo, y para participar necesito un entorno no hostil. Creo que es una herramienta muy útil para reducir la ansiedad en la participación política.
  • En este artículo me he enfocado en la política pero es igualmente aplicable a la vida en pareja, a la vida laboral, y a la comunicación entre padres e hijos.

¿Qué ves? ¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? ¿Qué pides? 

Llega la Equoesfera, las voces dentro de EQUO

Un “planet” es un software que combina varios blogs y pone todo su contenido en una misma web, dando lugar a una blogosfera. La Equoesfera es nuestro “planet”, nuestra blogosfera, el lugar que agrega los escritos de la gente cercana a EQUO y los pone al alcance de un golpe de vista.

Equoesfera no es la voz de EQUO, sino muchas voces dentro de EQUO. ¿Suena como una jaula de grillos o es en cambio una melodía armónica de diferentes voces? Si es lo segundo, vamos bien.

Forman parte de la EquoEsfera (con E intercalada) aquellas personas que se sienten cercanas a la ecología política y quieren compartir sus experiencias, participar del debate, y conocer a otros blogueros. Quien quiera darse de alta puede hacerlo a través del formulario. Una vez incorporado un blog a la Equoesfera, su contenido aparecerá automáticamente en la web, en el Twitter, y en el Facebook de la Equoesfera.

Está gestionada por sus propios integrantes. Entre ellos hemos estado José Luis Salgado llevando la parte técnica, y un servidor con las “relaciones públicas”. Todos los blogueros que lo desean están comunicados a través de una lista de correo.

Agregador de blogs de EQUO

La búsqueda del software adecuado

El camino para encontrar un software adecuado para la blogosfera no ha sido sencillo. Agregadores sencillos basados en PHP, como “Moonmoon“, eran demasiado simples. El software “Infante”, utilizado por ILOVEIU, ya no está mantenido y su web no funciona. La Galaxia Verde, un proyecto previo de agregación de blogs verdes, también pasó por Infante, aunque fue finalmente un diseño propio de Carlos Salgado.

La mejor solución que hemos encontrado ha sido WordPress. Este gestor de contenidos, sencillo pero potente, combinado con una serie de plugins, resulta la forma más práctica de montar una blogosfera. Además, en coherencia con los planteamientos de EQUO, es software libre. El plugin que gestiona la agregación se llama FeedWordPress.

Qué se puede encontrar

Buceando por la Equoesfera encontrarás bastante variedad. Los temas tratados son múltiples: educación, energía, política internacional… Unos estamos más implicados en EQUO e insistimos en las críticas y alternativas al modelo actual, otros alimentan su blog de temas más personales. Tenemos comunicadores, jóvenes emprendedores, e incluso un compañero construyendo un catamarán.

¿Te das una vuelta alrededor de la Equoesfera?